Las Esferas De Piedra En El Canton De OSA
Las esferas de piedra en Osa se han convertido en un elemento llamativo que identifica a las comunidades de Palmar Norte y Sur, así como las demás Fincas ex bananeras y los poblados que se asientan a las veredas de la Costanera Sur.
Su redondez casi perfecta genera mucha curiosidad e interrogantes entre los que se acercan a verlas, que giran alrededor de cómo fueron confeccionadas, qué herramientas utilizaron, de dónde obtenían el material y cuál era el simbolismo para quienes lo hicieron.
Estos artefactos han estado en estos lugares, desde tiempos inmemoriales. Su redescubrimiento y dispersión afloró luego de que las maquinarias de la compañía bananera las removieron de sus lugares originales, lo que a la vez comprometió la posibilidad de encontrar una mejor explicación científica que las que brindan actualmente las múltiples teorías con respecto a su proceso de fabricación y funcionalidad de las mismas.
Tanto ha sido su atracción para turistas y científicos nacionales y extranjeros que se ha convertido en un elemento ícono de la arqueología costarricense y del patrimonio cultural del cantón de Osa.
De acuerdo a algunas versiones dadas por arqueólogos que han tratado el tema de las esferas en la zona, estos impresionantes legados precolombinos tienen la particularidad de haber sido fabricados para cumplir funciones muy específicas dentro de las sociedades ancestrales que las utilizaron, que pudieron haber sido, entre otras cosas, posibles demarcadores territoriales y/o símbolos de rango de poder entre dichos grupos. Hasta el momento, la identificación de dichas esferas ha estado relacionada a la existencia histórica de un lugar de mucha utilidad o de interés colectivo en épocas prehispánicas.
Los tamaños de estas esferas identificadas hasta el momento en el cantón de Osa van desde algunos centímetros hasta los dos metros de altura, y aunque la mayoría de ellas no se encuentran en su lugar original, los vecinos de este cantón se identifican con ellas y las defienden ante los intentos de saqueos de la zona a la que se han visto sometidos algunas de ellas. Otra de las destrucciones de estos legados históricos fue impulsado por el mito de creer que dentro de ellas había oro, lo que muchas fueron dinamitadas, destruyendo gran parte de su belleza estética que contienen junto al valor simbólico y espiritual que le otorgan las poblaciones indígenas actuales en esta zona.
Uno de los lugares más representativo de estas emblemáticas piedras redondas corresponde a Finca 6 de Palmar Sur. Ahí se ha identificado una gran cantidad de estas esferas y algunas, supuestamente in situ, lo que realza la importancia del lugar para los científicos relacionados con esta especialidad.
Otro de los lugares referentes es el parque de Palmar Sur, que tiene varios ejemplares de estas enigmáticas esferas, además del colegio de Osa, y el parque de Palmar Norte.
Hasta el momento, esta herencia precolombina, han encontrado algún respaldo en iniciativas de protección generado por los grupos locales y entidades políticas de la zona. Prueba de estos esfuerzos está la declaratoria de Osa como Cantón de Interés arqueológico según Decreto Ejecutivo 23387-C, publicado en La Gaceta No.119 del 22 de junio de 1994. Esto lo convierte en el tercer cantón del país en tener este distintivo, una gran muestra de la voluntad política de las instituciones locales para apoyar las iniciativas a los programas de rescate y conservación del patrimonio cultural en la zona.
En el año 2001, varias instituciones locales del cantón empujaron la idea de crear un Parque Temático que le diera un realce a estas esferas de piedra de la zona, por lo que el Ministerio de Cultura, a partir de una gestión del Museo Nacional de Costa Rica, eleva la gestión ante la UNESCO, y la incluyen en la lista indicativa de Sitios de Patrimonio Mundial en ese mismo año, bajo el nombre “Plenitud bajo el Cielo: Parque de Esferas de Piedra Precolombinas”, por lo que aún están en espera del resultado final que decida esta entidad mundial.
Existen otros poblados aguas arriba del río Grande Térraba que también poseen esferas pero en menor cantidad, tal es el caso de la comunidad indígena de Curré, Bolas de Buenos Aires, Pilas, Pueblo Nuevo, Montezuma de Chinakichá, Pejibaye de Pérez Zeledón, entre otros.
Estas esferas se han caracterizado por estar asociados a ríos y a explanadas de grandes dimensiones, por lo que continua la teoría de suponer que fueron usados como símbolos de identificación a lugares de sumo interés colectivo en las sociedades precolombinas.
En suma, este legado cultural que conserva Osa es parte integral de una serie de elementos que componen el patrimonio cultural de este cantón sureño. Además está el legado bananero, en donde encontramos casas con diseños y tipologías propios para esta zona que con frecuencia enfrenta calor e inundaciones generados por los ríos Grande de Térraba y Sierpe, especialmente. Pero también están los saberes gastronómicos de las comunidades locales, las artesanías a base de materiales de la zona, uso de plantas medicinales, tradición oral, actividades artesanales, tours por el humedal natural Térraba – Sierpe, entre otros atractivos culturales del cantón.
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